Máquina de guerra marciana luchando contra el HMS Thunder Child, escena en La Guerra de los Mundos (Corrêa, 1906) |
2. ¿Hay evidencia de una guerra nuclear en el Neolítico?
Alienígenas Ancestrales no tarda mucho en dar señales de los orígenes enraizados en el racismo científico de la teoría de los antiguos astronautas. El racismo científico es un mito social que establece que las personas somos intelectual y culturalmente diferentes en función de nuestros atributos físicos, de modo que nuestros roles y destinos están predefinidos por características como el color de la piel, el color de los ojos, la forma del cráneo, la postura, las enfermedades, y un largo etcétera. De acuerdo con esta idea, ciertas combinaciones de características son superiores a otras, siendo estas combinaciones las que merecen los mejores estratos sociales. Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1950, la UNESCO denunció al racismo científico en su La cuestión de la Raza, donde se estableció que: "el mito de la raza ha creado una gran cantidad de daño humano y social. En años recientes, este mito ha cobrado un costo alto de vidas humanas y ha causado mucho sufrimiento". A pesar de esta declaración, el racismo científico sigue permeando en todos los ámbitos. Desde la época colonial de los siglos XV y XVI, la idea de que solamente los europeos podían tener una cultura espiritual y científica avanzada se utilizó para justificar los proyectos colonizadores, el mito del colonizador civilizador. Hacia el siglo XX, los alienígenas se usaron como la explicación de que civilizaciones no europeas, incluso europeas primitivas, tuvieran hitos tecnológicos y conocimientos técnicos considerados "avanzados".
La idea de los astronautas alienígenas surge en la ciencia ficción, siendo Les Xipehuz de 1887, del escritor franco-belga J. H. Rosy, la primera en hablar sobre alienígenas interactuando con humanos miles de años antes de los babilonios. En 1897 se publica La Guerra de los Mundos de H. G. Wells, donde los marcianos comienzan una invasión de gran escala sobre el Reino Unido, destruyendo Londres y las áreas aledañas. En 1898, el astrónomo estadunidense publicó La Conquista de Marte de Edison, donde el narrador cuenta cómo descubrió que los marcianos que habían iniciado la invasión en La Guerra de los Mundos ya habían visitado la Tierra cerca del año 7500 a.C., cuando esclavizaron a los habitantes del Creciente Fértil para formar la civilización egipcia; en la novela, los alienígenas habían construido el complejo de Giza y la Esfinge.
Esta idea salió de la literatura a los círculos científicos cuando los astrofísicos Carl Sagan. e Iosif Shklovsky dedicaron un capítulo al tema en su libro Vida Inteligente en el Universo (1966). Sagan y Shklovsky postularon que los historiadores deberían considerar que muchas narrativas de las culturas del pasado podrían corresponder a crónicas de visitas por alienígenas. Si bien ambos dicen que esta es una posibilidad, concluyen que esto solamente es especulación. Dos años después, el suizo Erich von Däniken publicó un libro llamado Chariots of Gods? que combinó tanto las especulaciones de Sagan y Shklovsky, con el género de los astronautas ancestrales de la ciencia ficción y el racismo científico colonial.
La tesis de von Däniken es que muchos de los monumentos y artefactos de civilizaciones antiguas reflejan el uso de tecnologías que aprendieron de alienígenas porque los humanos por sí solos las desarrollaron hasta que surgen las grandes civilizaciones europeas coloniales. Esta idea es una transformación de un concepto colonial conocido como hiperdifusionismo, que establecía que todo el conocimiento de la humanidad surgió en un único punto del que se expandió hacia las demás sociedades, ya que el conocimiento se concebía como algo gradual que progresa de manera acumulativa. Por ejemplo, los hiperdifusionistas pensaban que la rueda fue inventada una vez y sus inventores expandieron la idea a otras civilizaciones, así había civilizaciones productoras de conocimiento y sociedades consumidoras.
Esto llevó a pensar que la Atlántida representaba esta culminación del conocimiento humano, y la presencia de tecnologías y ciencias en otras regiones, por ejemplo en América, era evidencia de contacto entre esta civilización perdida de la Atlántida y las civilizaciones mesoamericanas. Así, los atlantes eran una raza superior que expandió sus conocimientos a las civilizaciones de Egipto, Mesopotamia y los Olmecas; dado que la Atlántida es mencionada en las obras de Platón, la civilización europea era lo más cercana a la sociedad ideal de la Atlántida. Lo que ha hecho von Däniken es, ante la obvia inexistencia de la Atlántida, transferir este status superior a los alienígenas.
Temporada 3, episodio 2. Alienígenas y Monstruos
Los siguientes diez minutos mezclan muchas de estas ideas y es difícil seguir la trama por lo rápido que se cambia de tema. La sección empieza con Mohenjo-Daro, las ruinas de una ciudad construida en el Valle del Indo sobre un área de 300 hectáreas, en lo que hoy es Pakistán, y que fue habitada entre los años 2600 a.C. y 1800 a.C. La cantidad de historia entre estas dos fechas es similar a la que ha transcurrido desde la expansión del Imperio Mongol sobre Asia Central a manos de Genghis Khan hasta hoy. Las ruinas se componen principalmente de construcciones de ladrillo de barro y madera preservadas debido al clima árido de la región.
Mohenjo-Daro fue una de las ciudades más grandes de la Civilización del Valle Indo de la Edad de Bronce, de la que se conocen actualmente más de 1000 asentamientos. De todas las ciudades, Mohenjo-Daro es la que muestra una urbanización e ingeniería civil más desarrollada y se estima que en su punto cumbre albergó alrededor de uno a cinco millones de personas. La ciudad comenzó su declive cerca del año 1900 a.C. cuando el clima se empezó a hacer más árido, reduciendo la intensidad del monzón y el abastecimiento de agua. En la actualidad, la ciudad se encuentra en uno de los puntos más áridos del planeta, llegando a alcanzar temperaturas de 53ºC en verano.
Ruinas de Mohenjo-Daro. Aquí se aprecia un pozo (izquierda) que fue gradualmente elevado conforme las inundaciones y reconstrucciones elevaron el nivel de la calle. |
Guerras nucleares prehistóricas
De acuerdo con el físico nuclear Dr Franklin Ruehl, hay evidencias de que en Mohenjo-Daro hubo una explosión nuclear en el milenio III a.C. y que fue esa la razón de su declive, y no un cambio climático. Una de las cosas que no entiendo de este argumento es que según este científico hay señales de una explosión nuclear, pero la ciudad fue construida con ladrillos de barro y las estructuras están de pie. La ciudad está obviamente en ruinas porque lleva milenios en el desierto, pero las ruinas de una ciudad de barro y madera parecen más evidencia contra una explosión nuclear que a favor, ya que la explosión hubiera destruido todo.
Una de las evidencias citadas en el episodio es que científicos soviéticos determinaron que la radiactividad de los esqueletos encontrados en la ciudad es 50 veces mayor de lo esperado. No se da ninguna referencia sobre quiénes eran estos científicos soviéticos ni cuándo determinaron esta medición. Buscando en reddit, encontré una entrada de un blog que parece encontrar la referencia de la que hablan en el episodio de Alienígenas Ancestrales. Alexander Gorbovsky (1930-2003) fue un escitor e historiador ruso que elaboró varios trabajos en historia alternativa que hablan sobre el poder del pensamiento, la coexistencia de dinosaurios y humanos y poltergeists. La aseveración de un esqueleto radioactivo viene de su libro de 1965, Misterios de la Historia Antigua donde encontramos el siguiente párrafo:
Hay varios hallazgos que sorprenden al investigador. En este sentido, uno puede recordar el hallazgo de un esqueleto humano en la India que tenía una radiactividad ¡50 veces mayor de lo normal! ("Problems of Space Biology", vol. II, p. 23). Los depósitos que fueron encontrados en este esqueleto solo podrían tener esta radiactividad si esta persona, que murió hace 4000 años, hubiera ingerido comida que contuviera una radioactividad cien veces mayor de lo normal.
Este párrafo nos lleva a otra referencia, Problemas de la seguridad contra radiación en vuelos cósmicos por A. V. Lebedinsky y Yu. G. Nefedov publicado en 1962. En este trabajo encontramos la siguiente información:
La gente está expuesta a la influencia de radiación pentrante también en la Tierra. Por ejemplo, en las regiones de arena de monacita en India que contiene torio, la dosis total de radiación alcanza 600 mrem/año. Un incremento en el nivel natural de radiación es observado en las montañas donde la dosis de radiación llega a ser de 2 a 3 veces mayor que la dosis a nivel del mar. Desde este punto de vista, los datos de paleoradiobiología son de gran interés. De acuerdo con información colectado por Mayneord, las costillas de un hombre que vivió hace 4000 años tenía una radiación 50 veces mayor que la de un hombre moderno.
La monacita es un grupo de minerales de la familia de los fosfatos, en este caso fosfatos de tierras raras (cerio, lantano, neodimio, samario y torio), y cuando la monacita tiene torio o uranio, el mineral es radioactivo. La región costera de Kerala, en India, es rica en monacita de torio, por lo que la región tiene la radiación de fondo más elevada en la Tierra, oscilando entre 4 mGy por año, a 70 mGy por año, además de que la radiación incrementa con la altura. Sin embargo, la región de Kerala se encuentra al suroeste de la India, mientras que Mohenjo-Daro se encuentra en el norte. Así pues, aunque es cierto que en la India hay una región con niveles elevados de radiación de fondo, no es el mismo lugar donde se encuentra Mohenjo-Daro y la conexión es forzada.
Mapa del Creciente Fértil mostrando las regiones del Indo y Mesopotomia, así como la región de Kerala y la localización de Mohenjo-Daro. |
Finalmente, el artículo de 1960 del médico británico William Valentine Mayneord que se cita en Lebedinsky y Nefedov (1962) reporta que un hueso humano de 4000 años de antigüedad procedente de Egipto tenía la misma radiactividad que un hueso de humano moderno, ligeramente más baja que la de quienes viven en Londres y el norte de Canadá.
Así pues tenemos la siguiente línea del tiempo (o teléfono descompuesto):
- En 1960, Mayneord publica que un hueso procedente de Egipto datado al 2000 a. C. tiene la misma radiactividad que un hueso moderno.
- Lebedinsky copia o convierte la unidad reportada en Mayneord de manera equivocada y la reporta como 50 veces mayor en 1962. Lebedinsky también reporta el hueso como procedente de la India, en vez de Egipto, y explica que esto puede ser porque la región de Kerala tiene arenas de monacitas de torio, lo que las hace radioactivas.
- En 1965, Gorbovsky toma la información del reporte de Lebedinsky y afirma que se trata de un esqueleto humano (en vez del fragmento de hueso) encontrado en Mohenjo-Daro (al norte).
- En el episodio de Alienígenas Ancestrales, el físico Franklin Ruehl afirma que científicos soviéticos descubrieron que varios esqueletos de Mohenjo-Daro tienen una radiación 50 veces mayor.
En Mohenjo-Daro se han encontrado solamente 37 esqueletos, de una ciudad que en promedio albergó 4000 habitantes y hasta cinco millones durante su auge. Los esqueletos, además, no son todos de la misma fecha, sino que corresponden a diferentes momentos de los 800 años que duró la ciudad de Mohenjo-Daro. Este reducido número se explica mejor como sub-fósiles de esqueletos preservados dadas las condiciones áridas de la región. Si una bomba nuclear hubiera detonado en Mohenjo-Daro encontraríamos la ciudad en más ruinas y una gran cantidad de esqueletos reflejando la población del momento.
El segundo argumento sobre la guerra nuclear viene de un texto proveniente del Mahabharata, el poema más largo que se haya escrito y un texto sagrado en la religión del Hinduismo. Se cree que el libro se compiló entre los siglos III a.C. y III d.C., con partes procedentes del 400 a.C. Se ha especulado que, basándose en información arqueoastronómica, hay pasajes que podrían referirse a eventos ocurridos en los milenios IV y III a.C. De acuerdo con el episodio, textos en el Mahabharata describen un evento nuclear, pero sin el contexto completo de la historia no es posible llegar a ninguna conclusión. Además, aún si hay eventos en el libro sagrado que pudieran haber ocurrido en los tiempos de la Civilización del Valle del Indo (CVI), no es posible determinar que estos hechos se refieran a Mohenjo-Daro específicamente, primero porque no sabemos cuál era el nombre antiguo de Mohenjo-Daro, pero también porque historiadores indios y eruditos hindús no han podido conectar tanto la ciudad de Harappa y Mohenjo-Daro con los eventos descritos en el Mahabharata (recordemos que hay cerca de 1000 asentamientos de la CVI y solamente se han hecho excavaciones en cerca de una centena). Es posible que eventos ocurridos durante la CVI fueran registrados en las tradiciones orales y escritas conforme las ciudades eran abandonadas y las poblaciones se desplazaban hacia el este y el sur en busca de tierras más fértiles. Afirmar que escritores blancos europeos han hecho una conexión que los practicantes del hinduismo e investigadores en la India y Pakistán no han establecido, hablando de su cultura y religión como un objeto a diseccionar, es parte de las actitudes racistas que se cuelan sutilmente en la teoría de los antiguos astronautas.
Tenemos entonces que:
- la evidencia de una bomba atómica detonada en Mohenjo-Daro se basa en malinterpretaciones de investigaciones científicas, ya sean accidentales o malintencionadas. Los mútliples esqueletos con radiación mayor a la encontrada en tiempos modernos no existen, se trata de un fragmento de hueso encontrado en Egipto.
- las ruinas de Mohenjo-Daro se preservaron muy bien dadas las condiciones áridas de la región y no es posible que una bomba atómica haya dejado intactas estructuras hechas de barro y madera.
- la interpretación del Mahabharata se hace mediante conexiones sin fundamento y cuyo valor sigue en debate por expertos en los textos sagrados (tanto académicos como escolares practicantes).
- la región de Kerala se encuentra al sur de la India, a donde la Civilización del Valle del Indo no llegó. Es la región de Kerala la que tiene las monacitas de torio radiactivas, no Mohenjo-Daro.
Historia Antigua
De lo anterior podemos concluir sin lugar a dudas que la historia de una guerra nuclear prehistórica es, cuando menos una historia sin fundamentos y malinterpretada, cuando más una fabricación. El episodio continúa diciendo que en el Mahabharata, tras la explosión en Mohenjo-Daro, un monstruo volador apareció en el cielo, llamado Garuda. Sabemos ya que el Mahabharata no menciona Mohenjo-Daro. Continuando, se nos dice que Garuda pudo ser una de dos cosas: un producto de mutaciones genéticas producto de la radiación post-nuclear, o una nave de origen extraterrestre.
En el episodio, el biólogo Dr Craig Stanford explica que las mutaciones no ocurren como se presentan en la ciencia ficción. La radiación no puede generar mutaciones benéficas a nivel organismo, ya que esas mutaciones deben ocurrir en los gametos y ser pasados a la siguiente generación. El físico químico Cristopher Busby explica que las mutaciones causadas por radiación suelen ser letales, ya que se trata más bien de una degradación del material genético y no de la producción de nuevos genes. Con esto, el episodio descarta que Garuda sea un mutante causado por la radiación y nos deja solamente la otra posibilidad, que Garuda sea una nave extraterrestre.
Garuda es descrito como el rey de las aves y era representado de forma completamente zoomórfica (un ave con alas grandes) o de forma antropomórfica. Garuda es además el vehículo sobre el que viaja el dios hindú Vishnu. En el Mahabharata, Garuda es representado como una criatura que gusta de la carne de serpiente, y esta característica es lo que hace que Garuda quiera comerse al dios serpiente Sumukha.
En el episodio, se hace la comparación de que si se piensa en Garuda como una nave o máquina voladora, las serpientes que devora serían similares a las mangueras que usamos nosotros para poner combustible en los aviones. En este sentido el episodio se contradice en dos tesis. En los primeros diez minutos se nos dice que nuestros ancestros no eran estúpidos y lo que describían eran cosas de la realidad, como las criaturas mitológicas; en estos diez minutos siguientes se nos dice que los habitantes de la CVI y los hindúes no habrían podido describir que un tubo se usaba para darle energía a un vehículo volador. Aceptar que Garuda es un avión conectado a mangueras es ridículo cuando es claro que Garuda es un personaje bien definido en el poema con atributos y propósitos claros.
Un tema recurrente en la pseudoarqueología de este tipo es considerar que los registros históricos de la Antigüedad, como los libros sagrados, cuentan cosas que las civilizaciones atestiguaron en su tiempo reciente y por lo tanto se pueden usar de manera literal. Pensamos que las sociedades de la Antigüedad son una estructura monolítica del pasado. Por ejemplo, el Mahabharata se empezó a compilar en el siglo III a.C. y los eventos que se describían formaban parte de la Antigüedad de sus compiladores. Entre el declive Mohenjo-Daro (1900 a.C.) y el inicio de la compilación del Mahabharata (300 a.C.) pasaron 1600 años. Para nosotros, ese sería el equivalente de hablar del año 420 d.C. Imagínemos lo difícil que es para quienes investigan historia y arqueología poner junta información de un pasado tan distante como un milenio y medio, y multipliquémoslo por lo difícil que debió ser en un tiempo donde la documentación se perdía más fácilmente o no se producía. Aunque pensemos en el Mahabharata como un libro documental de su época, la mejor analogía es que en el momento de su producción estaba más cerca de ser un libro de texto que una crónica de eventos.
Este es tal vez uno de los daños más graves y silenciosos de Alienígenas Ancestrales: nuestra distorsión del pasado. Al empaquetar todo esto de esta forma se nos deja dos opciones fáciles: aceptar todo o rechazarlo. Para quienes compilaron textos como la Biblia, el Mahabharata o textos sumerios, se trataba de una tarea seria. Documentar el pasado era vital para entender cosas como las genealogías de los reyes, un asunto crucial en la política de aquellas sociedades, entender las costumbres de sus ancestros, las leyes y los sistemas legislativos, y las formas de resolver disputas o de abordar problemas éticos y morales, entre muchas otras cosas.
Lo que para nosotros es mitología, para aquellos compiladores se trataba de leyendas, mitos y hechos verídicos entremezclados. Estos libros son de las únicas ventanas que tenemos a un pasado que para nosotros es todavía más lejano. Alienígenas Ancestrales no solamente está promoviendo pseudociencia, sino que además está demeritando el valor que se le ha dado a buena parte de la Historia Antigua, reduciéndola a algo que puede interpretarse de cualquier manera y de la que se pueden extraer cualquier tipo de preguntas. Quienes compilaron estos textos tomaban el trabajo muy en serio porque la estabilidad sociopolítica de sus sociedades estaba en juego y la integración para dar coherencia a escritos fragmentarios, tradiciones orales y costumbres requería de estrategias y actividades muy semejantes a nuestros esfuerzos documentales actuales. Es claro, al estudiar estos textos, que hubo debates sobre qué debería ser integrado y qué no, por ello muchos de estos trabajos fueron multigeneracionales. Una forma más objetiva de entender estos libros es como bibliotecas portátiles que permitían tener todo el conocimiento que se consideraba útil y que se encontraba disperso en fuentes de diferentes milenios en un número coherente y reducido de escritos.
Referencias
Singh, Upinder (2008). A History of Ancient and Early Medieval India: From the Stone Age to the 12th Century. Pearson Education India.
Nali (2018) The radioactive skeletons of Mohenjo-Daro. Le site d'Irna [https://irna.fr/The-radioactive-skeletons-of-Mohenjo-Daro.html].
Malik, Nishant (2020). "Uncovering transitions in paleoclimate time series and the climate-driven demise of an ancient civilization". Chaos: An Interdisciplinary Journal of Nonlinear Science. 30 (8): 083108.
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