sábado, 25 de noviembre de 2023

Sistema quinario: entre el fijismo y la evolución

Escarabajo estercolero no volador de la especie Circellium bacchus (Fabricius, 1781) en el Parque Nacional Elefante Addo, Sudáfrica.

Carl Linneo fue una de las personas en sugerir que detrás de las similitudes entre seres vivos existía un orden natural que podía ser descubierto si se comparaban todas sus características físicas. Uno podía deducir que existían tres grandes categorías de seres vivos, animales, plantas y minerales. La novedad del sistema de Linneo no fue la clasificación en sí, pues ya había muchos sistemas propuestos para el siglo XVII, sino la idea de que la clasificación debía reflejar un orden natural.

domingo, 20 de agosto de 2023

Carrera al Polo Sur (parte II)

Los crinoideos fósiles inspiraron a H. P. Lovecraft para crear a los Antiguos, criaturas con
simetría pentamérica como la de este crinoideo del Carbonífero (Agaricocrinus americanus). Vassil CC BY-SA 3.0

Todos somos personas de nuestro tiempo

En el libro Víctima de la Aurora, el personaje principal cuenta la historia de la expedición a la Antártida con cierto remordimiento sobre las actitudes que él y sus compañeros tenían sobre varios temas tabús de la sociedad británica de principios del siglo XX. Uno de los personajes en la novela es homosexual, aunque no abiertamente; la homosexualidad fue considerada un crimen en Gran Bretaña hasta el año 1967. La historia que narra el protagonista tiene la noción de “eran otros tiempos” y “no sabíamos que estaba mal”, pero durante la novela nos queda claro que los personajes estaban conscientes de la injusticia que había detrás. Constantemente nos recuerda que todos somos personas de nuestro tiempo: los victimarios y sus víctimas. La expresión “personas de su tiempo” permite mirar al pasado y mitigar remordimiento porque, a final de cuentas, los victimarios no se reconocían como tal en ese entonces, aún si al escuchar a las víctimas se hacía clara la injusticia que sufrían.

jueves, 5 de enero de 2023

Carrera al Polo Sur (parte I)

El HMS Erebus y el HMS Terror en la Antártica, por James Wilson Carmichael (1847)
Dominio Público. Actualmente en exhibición en el Museo Marítimo Nacional en Greenwich, Londres. El cuadro también ilustra algunos animales que la Expedición Ross descubrió entre 1839 y 1843, entre ellos unos pingüinos Adélie (Pygoscelis adeliae) y una foca de Ross (Ommatophoca rossii).

La Leyenda de la Tierra Austral

Los casquetes de hielo que cubren la Antártida se volvieron permanentes hacia mediados del Eoceno (hace 37 millones de años) y el contienente se desconectó de América del Sur hacia el Mioceno (hace 23 millones de años), cuando se formó el paso marítimo conocido como Mar de Hoces o el Paso de Drake. La Antártida permaneció aislada de cualquier otro continente durante el resto del Cenozoico. Los dos nombres de esta porción de mar que separa el Cabo de Hornos, en Chile, de las Islas Shetland del Sur (en la Antártida) son un reflejo de la complicada historia de exploración y descubrimiento sobre la Antártida, el único continente que nunca fue poblado por seres humanos. Las primeras evidencias que los europeos tendrían sobre la Antártida llegaron hasta 1820, cuando la expedición de los rusos Fabian Gottlieb von Bellingshausen y Mikhail Lazarev avistó la Costa de la Princesa Marta de la Antártida el 27 de enero; tres días después, el 30 de enero, una expedición británica liderada por el irlandés Edward Bransfield avistó la Península Trinidad.