Entre los años 77-79 d.C. apareció Historia Natural, un compendio de estudios naturales publicado por Plinio El Viejo. Es probablemente el mayor trabajo científico que se produjo en el Imperio Romano, una civilización que no es particularmente conocida por sus aportaciones científicas.
Portada de la obra Naturalis Historia de Plinio El Viejo, impresa en 1669. |
La obra abarcó todo el conocimiento de la Antigüedad, que compiló en 37 libros, y abarcó muy diversas áreas: astronomía, matemáticas, etnografía, geografía, fisiología, botánica, zoología, antropología, agricultura, farmacología, minería, mineralogía, escultura y joyería. La obra seriviría, posteriormente, como un modelo de las posteriores enciclopedias, pues fue la primera en utilizar referencias a los autores originales, contener un índice y profundizar demasiado en los temas. La obra fue la última publicada por Plinio, pero nunca dio una revisión final de su obra pues murió en el año 79 durante la erupción del Vesubio que arrasó con las ciudades de Pompeya y Herculano. En el libro 37, dedicado a la minería, mineralogía, joyería y escultura, Plinio El Viejo describió unas curiosas formaciones de roca caracterizadas por su diseño en espiral que se asemejaba demasiado a los cuernos de un carnero. Al describir estas rocas, primera descripción científica de las mismas, Plinio notó que eran semejantes también a las estructuras que sobresalían de la cabeza del dios egipcio Amun (en latín Ammon) en las representaciones jeroglíficas. Así fue como el primer nombre de estos fósiles fue ammonis cornua, "los cuernos de Amun", a ejemplares colectados cerca de la ciudad de Pompeya en el año 79.
Ciudad de Pompeya con el Monte Vesubio de fondo, por Qfl247, bajo Licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons. |