Fósil de Opabinia regalis del Esquisto de Burgess, en la colección del Smithsonian en Washington, D.C., Estados Unidos. Dominio público. |
Parece irónico que lo que siguió a la gran explosión del Cámbrico haya sido una serie de extinciones, pero la extinción es un concepto del que sabemos relativamente poco en comparación con otros procesos, como la especiación. En el año 2014 se publicó el libro “La Sexta Extinción: una historia no natural” de Elizabeth Kolbert, periodista estadunidense, y el término saltó de la paleontología a la cotidianeidad.
Sabemos que la extinción es un proceso continuo aún si no tiene una tasa constante, pero no entendemos qué la gobierna. A esta extinción continua la llamamos extinción
de fondo, y a pesar de su nombre, no es constante a través del registro
geológico para todas las especies. Por ejemplo, podemos estimar que la
extinción de fondo de las aves es que 1 especie se extinga
cada 400 años, mientras que para mamíferos es cerca de 1 especie extinta cada
200. Durante el Cámbrico tenemos que cerca del 40% de las especies se
extinguían entre época y época, por lo que la extinción de fondo era muy alta
en comparación a la de hoy. Sin embargo, en el registro fósil encontramos evidencia de
picos de extinción que claramente sobrepasan la extinción de fondo, las extinciones
en masa.
Por ejemplo, en el último siglo hemos
perdido 89 especies de mamíferos. La tasa de extinción que vemos de cara la
extinción del 'Antropoceno' le hubiera tomado entre 2,000 y 10,000 años a la
extinción de fondo actual. Por esa razón decimos que los humanos hemos causado ya una
extinción en masa.
Semana 4 – El mundo tras la explosión del Cámbrico (511-501 Ma)
22 de enero, la extinción del Botomiense
A finales del Piso 4, que en el sistema
estratigráfico ruso-kazajo corresponde al Botomiense, se extinguen cerca del 80%
de las especies; aunque la tasa de extinción es muy alta en términos recientes,
en comparación con la tasa de extinción de fondo del Cámbrico es sólo dos veces mayor. En
términos de géneros, se estima que la mitad de los géneros desapareció. La gran tasa de extinción de fondo podría relacionarse con la baja
diversidad de los ecosistemas en términos de nichos, ya que, aunque los planes
corporales comenzaban a diversificarse, la estructura de los ecosistemas era
muy homogénea y susceptible a los cambios drásticos.
Las principales víctimas de este evento de
extinción fueron la fauna de las pequeñas conchas, los arqueociátidos, los
trilobites, los braquiópodos y los hiolítidos. Las causas de este incremento en
la tasa de extinción aún no son del todo conocidas, pero se ha determinado que pudo deberse a la combinación de un incremento en los niveles de dióxido de carbono,
un incremento en el nivel del mar y una pérdida del oxígeno en ciertas partes
del océano (anoxia). Las conchas del Tommotiense se preservaban como fosfatos,
pero durante el Botomiano los niveles de fosfatos en el océano disminuyeron;
es posible que la aparente extinción de la fauna de pequeñas conchas del
Tommotiense se trate de un cambio en la composición mineral del océano que
impidió la formación de nuevos fósiles.
En ciertas regiones del Sur de China, el
Norte de China y Laurencia (lo que sería después Norteamérica) hay evidencias
de un aumento de emisiones de dióxido de carbono y la desestabilización del
ciclo del carbono que coinciden con la extinción de géneros de trilobites de
los órdenes de Redlichiida y Olenellida. A este evento se le conoce como la
Extinción de Redlichiida-Olenellida por Excursión de Isótopos de Carbono
(ROECE, por sus siglas en inglés) y parece coincidir con el origen de
erupciones volcánicas en el norte de Australia.
Fósiles de arqueociátidos procedentes de la Lutita Ajax, del Cámbrico inferior de Australia del Sur. En las lutitas de Ajax es donde tenemos la mayor diversidad de arqueociátidos, y abarca las edades del Atdabiense al Botomiense. CC BY SA 2.0, James St. John |
23 de enero, el Esquisto de Burgess
En 1886, el geólogo canadiense Richard
McConnell del Servicio Geológico Canadiense descubrió un yacimiento de fósiles
en el área de Mount Stephen, Columbia Británica, Canadá. En 1907, el paleontólogo Charles Doolittle Walcott
realizó una prospección en el área y, tres años después, comenzó a excavar una
cantera de la que salieron cerca de 65,000 especímenes, pero Walcott sólo pudo publicar descripciones de los
especímenes que pertenecían a grupos reconocibles. En 1924, el paleontólogo
Percy Raymond volvió a la cantera y continuó excavando fósiles. El yacimiento,
conocido ya como el Esquisto de Burgess, no sería estudiado con detalle sino
hasta la década de 1960.
Charles Doolittle Walcott (izquierda) y sus hijos, Sidney y Helen, buscando fósiles en la Cantera Walcott del Esquisto de Burgess en 1913. Dominio público. |
El yacimiento se depositó hace 508
millones de años, durante lo que informalmente se conoce como Amganiense. Los
arrecifes de la Formación Catedral se construyeron cerca de un acantilado
submarino de unos 160 metros de altura. En algún momento, probablemente debido a un
terremoto, un fragmento del arrecife se desprendió del acantilado y fue
arrastrado hasta unos kilómetros lejos del arrecife; ese material se
convertiría en el Esquisto Burgess. Un millón de años después, la actividad
tectónica terminó por desintegrar el arrecife y colapsó sobre el acantilado. Durante
el Cretácico tardío, la formación de la Cordillera de las Rocallosas comenzó a empujar los
fósiles del Cámbrico hacia su posición actual, unos 2,500 metros sobre el nivel del
mar.
La diversidad del esquisto de Burgess es
imposible de describir brevemente, pero podemos resaltar algunos de los fósiles
más conocidos y cuyo descubrimiento nos permitió entender, por primera vez, la
gran diversidad del Cámbrico.
Reconstrucción de la comunidad del Esquisto de Burgess. Poríferos: 1) Vanuxia, 2) Choia, 3) Pirania. Lofoforados: 4) braquiópodo Nisusia, 21) hiolítido Haplophrentis, 23) Dinomischus. Poliquetos: 5) Burgessochaeta. Priapúlidos: 6) Ottoia, 7) Louisella. Artrópodos: 8) trilobites Olenoides, 9) Sidneyia, 10) Leanchoilia, 11) Marrella, 12) Canadaspis, 13) Molaria, 14) Burgessia, 15) Yohoia, 16) Waptia, 17) Aysheaia, 22) Opabina, 25) Laggania cambria. Moluscos: 18) Scenella, 24) Wiwaxia. Equinodermos: 19) Echmatocrinus. Cordados: 20) Pikaia. CC0 1.0, Alan Kazlev. |
Burgessochaeta es un poliqueto compuesto
de 24 segmentos con penachos de quetas que permitían al animal propulsarse en
la columna de agua.
Marrella es un artrópodo
del que se han recuperado alrededor de 15,000 especímenes y es uno de los
elementos más comunes de la biota de Burgess; su morfología pecular merece que se le haya asignado su propio grupo, Marrellomorpha. Canadaspis, otro de los fósiles más comunes de
Burgess, tiene una morfología que recuerda mucho a la de los camarones, pero colocado
en su propio orden, Hymenocarina. Otro hymenocarino es Waptia,
un artrópodo con cuerpo alargado cubierto por un gran caparazón en forma de
corazón sobre la cabeza y el tórax. Mientras que Canadaspis parece haber
usado sus apéndices para rascar en el lodo marino y escarbar comida, Waptia
parece haber sido más un forrajeador.
Marrellomorfo Marrella splendens, reconstrucción 3D y micrografías de espécimenes bajo luz polarizada. Fotografía obtenida de Haug et al. (2012). |
Leanchoilia fue un artrópodo
megaqueiro cuyos apéndices anteriores estaban divididos en tres ramas. Otro
megaqueiro de Burgess es Yohoia, cuya morfología recuerda mucho a la del
camarón mantis. Sus apéndices anteriores tenían cuatro proyecciones que
posiblemente utilizaba para cazar trilobites.
Burgessia es un artrópodo
que se ha relacionado con los aracnomorfos, el linaje que dio origen a los
trilobites y a los quelicerados; su morfología recuerda a la de los xifosuros
(cangrejo herradura), pero en pequeño, midiendo a lo mucho 2 cm de largo. Sanctacaris,
a pesar de su morfología, ha sido interpretado como un quelicerado relacionado
con los xifosuros. Sidneyia ha sido también asociado con los
quelicerados, de gran tamaño (13 cm) y hábitos de depredador, sugiriendo que se
alimentaba de trilobites, ostrácodos y hiolítidos.
Opabinia es uno de los
fósiles más raros de Burgess, definitivamente un artrópodo, pero sus afinidades
son inciertas (aunque actualmente se le considera miembro de la clase
Dinocaridida que incluye a los radiodontos). Opabinia tiene cinco ojos
sujetos por un pedicelo y un apéndice en forma de probóscide que termina en una
garra. El otro dinocaridido famoso de Burgess es Anomalocaris, un artrópodo
cuya forma también recuerda a la de un camarón, pero midiendo medio metro de
largo. Se ha interpretado como un depredador ápice en Burgess, basándose en las
marcas de mordidas preservadas en trilobites que se asemejan a la forma de los
apéndices orales.
Fósil de Anomalocaris, exhibido en el Museo de Historia Natural de Luxemburgo. CC BY SA 4.0, Omar Regalado Fernandez, 2021. |
Peytoia es un radiodonto,
al igual que Anomalocaris, que probablemente se alimentaba del sedimento
en vez de ser un depredador. En 1892, el paleontólogo británico Joseph
Frederick Whiteaves descubrió el apénice frontal de Peytoia y lo
interpretó como un animal independiente, un crustáceo filocarido. El disco oral
de Peyotoia fue descubierto en 1911 por Charles D. Walcott y lo
interpretó como una medusa, en el género Peytoia. En el mismo artículo,
Walcott describió un fósil poco preservado que interpretó como un pepino de
mar, al que denominó Laggania. Sería hasta 1978 que Harry B. Whittington
encontró un fósil que mostraba los tres elementos (crustáceo filocárido, Peytoia
y Laggania) formaban parte del mismo animal.
Wiwaxia es un animal que
se ha interpretado como un molusco muy primitivo y con un aspecto semejante a
una babosa con placas y espinas dorsales. A diferencia de los artrópodos, los
moluscos son bastante raros en Burgess; Nectocaris es un
molusco con una forma similar a la de un calamar, pero con dos tentáculos.
Reconstrucción de Nectocaris, de acuerdo a la redescripción de Smith y Caron (2010). CC BY-SA 3.0 por Citron. |
Dos lobópodos son también bastante famosos
en el esquisto de Burgess, Aysheaia y Hallucigenia. Aysheia
es un lobópodo que poseía apéndices con espinas que pudieron permitirle caminar
sobre el lecho marino; se ha encontrado asociado con esponjas, de las que
posiblemente se alimentaba. Hallucigenia fue descubierto en 1977 por Charles
Walcott e interpretado como un poliqueto. En 1977, Simon Conway Morris
reconoció la identidad extraña del fósil y lo clasificó como algo aparte, al
que denominó Hallucigenia. Sin embargo, debido a la historia de Peytoia,
hubo quienes interpretaban Hallucigenia como el apéndice de un
artrópodo. Fue hasta 1991 que Hallucigenia fue interpretado como un
lobópodo, posiblemente relacionado con los onicóforos.
Reconstrucción de Hallucigenia sparsa de acuerdo con la redescripción de Smith y Caron (2015). Los últimos apéndices tienen dos garras en la reconstrucción, pero se tiene evidencia de solamente una garra. CC BY SA 4.0 Jose Manuel Canete, 2016. |
Finalmente, mencionaremos a Pikaia,
un animal cuyo cuerpo recuerda a las lampreas y que ha sido interpretado como
un cordado. Inicialmente, Charles Walcott consideró que Pikaia era un
gusano poliqueto, pero Simon Conway Morris sugirió en 1979 que el plan corporal
parecía tener una notocorda, lo que haría de Pikaia un cordado y sugería
que este grupo debió haber surgido durante el Cámbrico temprano. La presencia
de lo que parece ser una cutícula sugiere que Pikaia fue un
cefalocordado (anfioxo) primitivo.
Fósil de Pikaia, exhbido en el Museo de Historia Natural de Luxemburgo. CC BY SA 4.0, Omar Regalado Fernandez, 2021. |
24 de enero, el Esquisto de Wheeler
El esquisto de Wheeler se depositó hace
cerca de 507 millones de años, en la región montañosa en el centro de Utah. Durante
el Cámbrico medio, el continente de Laurencia, que incluye lo que hoy es
América del Norte, se encontraba cerca del Ecuador, con Alaska apuntando hacia
el norte en vez de hacia el este, un cambio de orientación de 90 grados. Las
costas de Laurencia se encontraban cubiertas de arrecifes calcáreos sobre las
plataformas continentales, y los territorios de la Columbia Británica, Idaho,
Utah, Nevada, Arizona y Sonora estaban cubiertos por un mar somero.
Del esquisto de Wheeler se es bastante
conocido el trilobite Elrathia kingi, presente en las colecciones de
varios museos y coleccionistas, pero hay también otras catorce especies de
trilobites preservadas, algunos de ellos con detalles de tejidos blandos
preservados como capas finas de pirita. Los órdenes de trilobites presentes son
Ptychopariida, Corynexochida y Agnostida. La especie de trilobite agnóstido Peronopsis
interstricta también es muy común y está presente en varias colecciones del
mundo como representante del esquisto de Wheeler.
Fósil de Elrathia kingii, del Cámbrico de la Formación Wheeler, Utah, Estados Unidos. CC BY SA 3.0 DanielCD, 2005. |
Trilobites agnóstidos de la especie Itagnostus interstricta, de la Formación Wheeler. La diferencia de tamaños corresponde a diferentes estadios. |
La fauna del esquisto de Wheeler es
similar a la que se observa en el esquisto de Burgess. Hay varios artrópodos
preservados, como Branchiocaris, un crustáceo, y Waptia. Hay
varios radiodontos, como Caryosyntrips, Amplectobelua y Peytoia.
El nektáspido Naraoia también ha sido encontrado en los esquistos de
Wheeler. De la fauna de Burgess hay también especies de Hallucigenia y Wiwaxia,
y los arqueopriapúlidos Ottoia y Selkirka.
En cuanto a la evolución de los equinodermos, varios fósiles nos han permitido entender mejor a este grupo de deuterostomados. Los equinodermos modernos incluyen cinco planes corporales (clases): las estrellas de mar (Asteroidea), los ofiuroideos (Ophiuroidea), los erizos de mar (Echinoiea), los crinoideos (Crinoidea) y los pepinos de mar (Holothuroidea). Sin embargo, en el esquisto de Wheeler tenemos a los raros carpoides, como Castericystis, equinodermos cubiertos de placas de calcita y con forma de teca. Tenemos también al grupo Stylophora, equinodermos con un cuerpo aplanado sin simetría radial con un sistema vascular semejante al de los ambulacros en equinodermos. Los estilóforos se extinguen a finales del Carbonífero. Finalmente, tenemos a los ctenocistoideos (Ctenocystoidea), un grupo de equinodermos con simetría bilateral con un aparato ctenoideo, un arreglo de placas móviles en forma de peine que se localizaba en la parte anterior del animal y debajo de la cual se encontraba la boca.
Reconstrucción de Cothurnocystis, un estilóforo del Ordovícico. CC BY SA 3.0, Haplochromis. |
Hertzina es un conodonto,
un grupo de animales de los que se preserva en abundancia los elementos
bucales, que parecen dientes. Los conodontos aparecieron en el Cámbrico y
fueron elementos importantes de la columna de agua hasta el Triásico. Los
primeros conodontos fueron descritos en 1856 por el paleontólogo ruso-germano
Heinz Christian Pander y su identidad fue un misterio hasta 1980, cuando en un
fósil del Ordovícico se descubrió que los dientes pertenecían a un animal de tipo
vermiforme, pero con afinidades a los vertebrados, como las lampreas. Hertzina
es la evidencia más primitiva de vertebrados.
25 de enero, la Formación Marjum
La Formación Marjum se encuentra justo
sobre el esquisto Wheeler, nombrado por los yacimientos famosos del Paso de
Marjum, en el estado de Utah, Estados Unidos. Durante el Cámbrico medio, América
del Norte se extendía en el hemisferio sur, de menor tamaño, ya que la costa
occidental que va de Alaska a la península de Baja California aún no existía, y
orientada 90 grados con respecto a su posición actual. Groenlandia se extiende
de este a oste en vez de norte a sur, y lo que hoy son los territorios de
Sonora, Nevada, Idaho, Utah, Montana, Alberta y los Territorios del Norte se
encontraban cubiertos por un mar somero que se extendía sobre la línea del
Ecuador.
Este mar somero daría lugar a lo que
conocemos como los ‘Grandes Bancos Carbonatos Americanos’ y que muestran varios
Konzetrat-Lagerstätte de trilobites, siendo los más famosos los de la Formación
Marjum, de Utah, pero también los que se encuentra en el esquisto Spence, en
Nevada, en el esquisto de Pend Oreille, en Idaho, y la Formación Gavilán, en
Sonora. La fauna en todas estas localidades es muy similar, con gran abundancia
de trilobites pticopáridos y agnóstidos. En 2021 se reportó por primera vez la
presencia de radiodontos en la Formación Marjum.
Reconstrucción de la Formación Marjum durante el Drumiense. 1. Scathascolex minor? (priapúlido); 2. Diagoniella cyathiformis (esponja); 3. Hyolithes sp. (hiolítidos); 4. Modocia typicalis (trilobite); 5. alga parecida a Marpolia; 6. Leptomitella metta (esponja); 7. Peytoia nathorsti (priapúlido); 8. Pahvantia hastata (radiodonto); 9. medusa cubozoa; 10. Perspicaris? ellipsopelta (artrópodo); 11. Oesia disjuncta (animal) Margaretia dorus (tubo) (hemicordado); 12. Tuzoia guntheri (artrópodo tilacocéfalo); 13. Bathyuriscus fimbriatus (trilobite); 14. Sphenoecium wheelerensis (graptolite); 15. Canthylotreta marjumensis (braquiópodo); 16. Castericystis vali (equinodermo carpoide); 17. Choia hindei (esponja); 18. Caryosyntrips camurus? (radiodonto); 19. Branchiocaris pretiosa? (artrópodo himenocarino); 20. Gogia spiralis (eocrinoideo); 21. Buccaspinea cooperi (radiodonto); 22. Itagnostus interstrictus (trilobite); 23. Chancelloria sp. Para ver la imagen con mayor detalle, da clic aquí. CC BY SA-4.0, Holly Sullivan. |
Los linajes que habitaron los ecosistemas
del Cámbrico se diversificaron posiblemente para evitar la competencia entre
ellos, un fenómeno conocido como partición de nichos, lo que explica la gran diversidad de trilobites y radiodontos
en estas localidades.
En los mares de la Antártida, en la Formación Minaret compuesta de rocas calizas, se han encontrado los restos fósiles de los primeros monoplacóforos, Knightoconus, y al igual que América del Norte, las costas de la Antártida donde se depositó la Formación Minaret se encontraban sobre un mar somero cerca del Ecuador. En otras rocas calizas también cerca del Ecuador del Cámbrico, en la Caliza San Saba de Texas, se ha encontrado también el primer cefalópodo, Plectronoceras. Dado que estos dos géneros representan moluscos con planes corporales reconocibles, mientras que en los yacimientos más antiguos no ha sido posible identificar de manera inequívoca a los moluscos descubiertos, es posible que haya sido en estos mares someros del Cámbrico que estas clases modernas de moluscos aparecieron.
Reconstrucción de Knightoconus, el primer monoplacóforo identificado en el registro fósil hasta la fecha. CC BY-SA 4.0 por HannahMoss. |
Reconstrucción de Plectonoceras. CC BY-SA 4.0 por Entelognathus. |
26 de enero, La Excursión de Isótopos de Carbono del Drumiense
La masa atómica se refiere a la suma total
de protones y de neutrones, los componentes en el núcleo del átomo. Sin
embargo, no todos los átomos de carbono tienen el mismo número de neutrones; en
la actualidad, el 98.89% de los átomos de carbono de la Tierra tiene una masa
atómica de 12 (6 protones y 6 neutrones), pero un 1.11% tiene una masa atómica
de 13 (6 protones y 7 neutrones). Estas dos formas del carbono se conocen como
isótopos, y se consideran los isótopos estables del carbono (abreviados como 12C
y 13C). El carbono-14, que se utiliza en dataciones, es un isótopo
radiactivo que se produce cuando un átomo de nitrógeno con 7 protones interactúa
con un neutrón y remplaza a un protón del núcleo, convirtiendo el nitrógeno-14
en carbono-14. El carbono-14 se oxida rápidamente y produce dióxido de carbono
(CO2), que puede entrar al ciclo del carbono.
El contenido de carbono-13 en relación con
el carbono-12 se puede utilizar para estimar si hay absorción o expulsión de dióxido
de carbono en algún punto de la historia de la Tierra. Para poder comparar las
fluctuaciones a lo largo de la escala geológica, se ocupa el dióxido de carbono
obtenido del caparazón del molusco Belemnitella americana colectado en
la Formación Peedee de Carolina del Sur, Estados Unidos (PDB), cuya relación es
13C/12C=0.0112372. Este ratio se ocupa como el valor “0”.
Cuando el carbono orgánico, que tiene en su mayoría más 12C, se
entierra en el sedimento más rápido, la concentración de 12C en el
océano decrece.
A finales del Drumiense tenemos evidencia de una firma isotópica 13C/12C bastante negativa, lo que sugiere un colapso en la producción primaria de algas y otros organismos fotosintéticos junto con el aumento de la producción de dióxido de carbono emitido de fuentes inorgánicas, posiblemente de erupciones volcánicas. A este evento se le denomina DICE, por sus siglas en inglés para Drumian Carbon Isotope Excursion.
27 de enero, Kalkarindji
En varias partes del mundo se observan
acumulaciones grandes acumulaciones de rocas ígneas producto de una gran
actividad volcánica repentina y por un tiempo relativamente breve, a las que se
les conocen como grandes provincias ígneas (GPI). El origen de las GPI
se atribuye a la presencia de plumas de manto, donde grandes cantidades de
magma fluyen hacia la corteza y se acumulan al no poder salir inmediatamente en
forma de volcanes. La pluma de manto disuelve material de la corteza y presiona
hacia afuera hasta que la corteza se debilita, fractura y abre, dando origen a
un volcán dentro del continente. Debido a la acumulación de magma, la erupción
suele ser violenta y liberar grandes cantidades de dióxido de carbono a la
atmósfera.
En Australia se ha encontrado una GPI que
abarca la mayor parte del Territorio del Norte y casi la mitad de Australia
Occidental, representando una cuarta parte del territorio australiano, conocida
como la GPI de Kalkarindji. Durante el Cámbrico medio, toda esa área se cubrió
de magma y una intensa actividad volcánica. Se considera que esta es la primera
vez que un evento así ocurrió en el Fanerozoico. Aunque la provincia es de gran
tamaño, solamente algunas partes afloran con la calidad suficiente para datarla
y estudiar su composición química.
Es posible que el evento eruptivo haya
comenzado al mismo tiempo que la extinción del final de Botomiano hace unos millones de años antes, pues sería una
causa que integraría bien a los tres factores que se han sugerido como la causa
de la extinción del Botomiano.
28 de enero, la Formación Esquisto Alumbre
El alumbre es una sal de sulfato de
aluminio hidratado, con la fórmula general MAl(SO4)2∙12H2O. La M se refiere a
un elemento o compuesto con carga positiva, como potasio y amonio. La Formación
Esquisto Alumbre se encuentra en Suecia, Dinamarca y Noruega, con una edad que
abarca el Cámbrico medio y el Ordovícico tardío. El esquisto es rico en pirita,
y conforme la pirita se expone a la intemperie, se produce ácido sulfúrico que
reacciona con la potasa y la alúmina, los componentes del alumbre de potasio. Los
yacimientos de la Formación Esquisto Alumbre también tienen altos niveles de querógeno,
que se forma por la descomposición de algas, por lo que es una fuente
importante de hidrocarburos en Escandinavia.
La pirita es un indicador de ambientes
anóxicos (con poco o nada de oxígeno) y el tipo de sedimento sugiere que Esquisto
Alumbre se depositó en la plataforma continental externa del continente de
Baltica, que correspondía a las regiones del Mar Báltico de hoy, lo que indica
una disminución en los niveles de oxígeno de los mares. La presencia de
trilobites en los depósitos, sin embargo, indica que los niveles de oxígeno no
eran tan bajos como para crear zonas muertas, pero es evidente un decremento en
la diversidad de la fauna. Por ejemplo, en la localidad de Björnberget, Suecia,
se encuentra solamente una especie de trilobite, Acadoparadoxides torelli,
tres especies de braquiópodos y una especie de hiolítidos. En otras
localidades, abundan los trilobites agnóstidos, como Hypagnostus mamillatus.
Los niveles de oxígeno requeridos para estas comunidades se han explicado como eventos
asociados a tormentas marinas ocasionales con la capacidad de oxigenar el lecho
marino y la columna de agua.
Laja con varios especímenes de Acadopardoxides procedentes de Marruecos. CC BY-SA 3.0 por Hectonichus. |
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Muy bueno, con información e imágenes interesantes. Muchas gracias.
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